viernes, 16 de marzo de 2007

Capitulo Cuatro

Lavada, limpia, más tranquila consigo misma, se viste, se peina y le anuncia a su marido que:
-¡Voy a comprar las cosas para el desayuno!-su marido sigue sin responder. La ducha sigue cayendo, sin cesar, pero ella sale de la casa pensando que Claudio está bien... porque... ¿está bien cierto?
En fin. El clima en esta villa es bastante agradable. El sol no es demasiado caluroso, y las áreas verdes que rodean el perímetro le espantan el miedo y la inseguridad. Todos los habitantes la saludan con una inclinación de cabeza. No más allá, se levanta el ALMACÉN LOS CIPRESES, donde el pan esta a 500 pesos el kilo, la leche se vende en jarro recién sacada de la vaca y el queso es casero.
-Buenos días tenga usted, señorita-le dice la dependienta, una mujer de unos 35 años de edad, Maciza, pero con una cordialidad típica de pueblo pequeño-¿Qué desea?
-Un kilo
de pan, por favor. Leche, te, y ese queso de cabra.
La dependienta le cede el paso a que elija el pan ella misma. Lo pesa, le pasa una bolsa. Y en bolsas separadas le entrega el queso (un cuarto de kilo) y la leche (un litro y medio).
-Serian mil quinientos, señorita.
Más barato de lo que pensaba. Se despidieron con una inclinación de cabeza, y al salir una viejecita que estaba viendo el titulo de los diarios, la detuvo para saludarla:
-Buenos dias tenga usted, señorita-le dijo la viejecita. Olores a sudor, y jabon, se mezclaban en su cuerpo.
-Buenas tenga Ud-le respondió Isabel.
-Es Ud muy bella-le adula.
-Gracias-su mirada se pierde en una muralla, sin rayados de spry, ni carteles de busqueda, y ve a Toño allí, con un pie apoyado en los ladrillos de la estructura y fumandose un Luky Strike, con la imagen de Miguel en la cajetilla. La miraba sin parar.-Que tenga un buen dia-le dice a la viejecita, con el animo de ser lo mas cordial posible, sin demostrar el miedo irracional que le ha tomado a Toño. Pero la viejecita le toma del brazo. La fuerza de la señora es extraordinaria. No duele su apretón, pero se adhiere a su brazo y la presión es indescriptible.
-Tenemos mucho de que hablar-le dice la viejecita-Mucho más de lo que imaginas.
Isabel la mira extrañada. Es casi como (no, imposible) la viejecita supiera algo que ella ignoraba. Y para confirmarlo, la viejecita le dijo:
-Es sobre él-apuntó a Toño.-Y sobre la casa en la colina.
La casa en la colina. Sí, esto tenía que saberlo.
Tenía que saberlo.
continuara...

NOTAL DEL AUTOR: Las historias ahora iran dia por medio. Y se abren mas las posibilidades de dejar un mensaje. Ya sea por el medio escrito, o tambien en la cajita que se ha habilitado para tal evento ¡¡si!! Una cajita donde puedes dejar tu saludo, o si prefieres, dejarlo escrito tambien. Gracias a Tammy, que sigue esta historia y por su apoyo condicional. te quiero mucho amiga

4 comentarios:

Infinitas letras dispersas dijo...

Hola Huachimingo
como estás!
me he creado un blog... pasa cuando quieras... borré mi fotolog como que quedé cansada con todo :)
asique posteame acá!
saludos
Magda

Tammy dijo...

Excelente capitulo
pucha crei haber posteado pero parece que no :(
aca ya viste que la magda se hizo otro blog... www.infinitasletrasdispersas.blogspot.com

Oyeeeeeeeee


yo tb tkmxo!


y dale que va super bien esta historia!

besotes

Infinitas letras dispersas dijo...

si!
mi blog es:
http://www.infinitasletrasdispersas.blogspot.com



te linkeare ;)
cuidate!!
postea!!

Infinitas letras dispersas dijo...

Ja!!

en el peral!!
cuidese!!
Magda