lunes, 30 de abril de 2007

Capitulo 16

pd: opté por poner números. Más fácil. Escribiendo para sobrevivir.

Capitulo 16

La sala es de color verde, y hay una enfermera a su lado.
-Tranquila-le dice, con su dulce voz.-Estás en el hospital. No hay nada que temer.
Isabel mira la habitación. Es amplia, y hay tres camillas dispuestas en orden, una al lado de la otra. Todas vacías y ordenadas. La televisión está apagada.
-¿Claudio?
-No es hora de visitas, querida.-le dice la enfermera, poniéndole una mano amiga en el hombro. La piocha la identifica como PAULINA. Isabel mira la cómoda, y hay un florero con una rosa y una tarjeta escrita con la pulcra letra de su marido. -¿Le prendo el televisor?-esto parece tensarla.
-¡No!-trata de moverse, pero nota que esta amarrada a la camilla.
-Está sufriendo convulsiones-le explica-No queremos que te dañes nuevamente, cayendote de la camilla y golpeandote severamente.-mira la entrada de la puerta y un gran cartel reza: No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
-Tú-musita. Y recuerda los diez, entrando a su casa ¿Paulina se llamaba uno de ellos? ¿Era ella?-Tú..-trata de salirse nuevamente de la cama, las amarras lo impiden.
-Tranquila-le dice ella.-Tranquila.
-No... no puedo estar aquí.-Tu... tu eres una de ellos... eres... eres...-se empieza a agitar, a mirar a todos lados. Está sola, indefenza y amarrada.
-Yo no soy nadie que tu creas-le dice. Saca una jeringa, le golpea y saca todas las burbujas que pueda tener-.Esto te ayudará a que estés más tranquila.-la aguja entra en su hombro. Isabel, poco a poco, empieza a caer en un sueño, en un dulce sueño. Todo se aleja, se borra, se nubla.
-No...-logra decir, antes de caer dormida.
A la habitación entra el doctor.
-Veo que logró reconocerte-le dijo.
-Raro, porque nunca le he dicho mi nombre.-Se acerca a ella.
-Debemos extremar las defenzas. Darle mas medicamentos.-el doctor sale por donde entró. Paulina mira a Isabel, que dormía presa del somnífero.
-Debiste haber pagado la cuota-le susurra. Mira la hora y le inyecta otra sustancia en su cuerpo. Entra Claudio.
-¿Como va?
-Todo marcha bien, Claudio ¿Has tenido contacto con Pedro?
-Sí. Y con mi jefe de departamento tambien. Dicen que vienen para aca.
Sonríe. Ella también.
Nunca habia habido tanta maldad en ojos como aquellos.

pd: esta historia ya tiene dueña. Misery.

viernes, 27 de abril de 2007

CAPITULO QUINCE

PD: Con dedicación

CAPITULO QUINCE

Grita.
Extiende las manos hacia atrás para afirmarse en el colchón de su cama. Su mano derecha roza la lampara halógena que se sostiene firme en la cómoda de la pieza, y esta se prende, se bambolea y cae.
Vuelve a gritar. Mira para todos lados. Está oscuro, se siente desorientada. Una mano extraña la afirma de su hombro.
-¿Qué te pasa?-la voz prende la luz de la lampara halógena que hay en la cómoda de su lado de la cama. Todo se ilumina. Ve que los ojos de la mujer están desorientados, pálido el rostro. Lo mira.
Aléjate! ¡Aléjate de mi!-sale de la cama, y se cobija en la esquina del cuarto
-¿Qué te pasa Isabel?
-No, esta vez no me vas a golpear Claudio. ¡NO! ¡ALEJATE!
Claudio empieza a levantarse.
-¡¡NO TE MUEVAS!!
Él se queda quieto. Está asustado. Nunca la había visto así.
-¿Que te pasa, mi amor? Mire, tranquilízate. Solo fue un sueño ¿por que no vemos la tele?
Esto parece descomponerla aun más
-NO!! MALAQUIEL TAMBIEN SE MANIFIESTA A TRAVÉS DE LA TELE. NI LO PIENSES!!
-¿Qué?
Isabel empieza a sentarse, siempre cobijada en la esquina. Se abraza las rodillas. Llora.
Claudio pesca el teléfono
-¡¡MALDITO MIERDA!! ¡¡LOS ESTAS LLAMANDO!! ¡¡ESTAS LLAMANDO A LOS DIEZ!! ¡¡SI!!
Claudio la mira.
-Mi amor...-musita. Y marca un número de teléfono:-¿Alo?-en el rincón, Isabel empieza a hipar, sin dejar de abrazarse a las rodillas. Se le ve sucia, pálida, ojerosa.-¿Tiene hora para el Doctor Marlon Saavedra? ¿Sí? Okey. Miércoles a las tres y media-saca un papel de la cómoda y un lápiz. Anota.-¿Psiquiatra, cierto? Si. Grita, y está histérica. Nunca la había visto así. No desde... Claro. Sí. Entiendo.-termina de anotar. Mira a Isabel. En su mano ahora tiene un medicamento.-¿Hace cuanto que no te tomas esto?-no responde.-Isabel, te estoy hablando-no responde-.Te dije, antes que viniéramos a este lugar, que te tomaras el medicamento. Pensé que lo estabas haciendo-se balancea, gime. Tiene mucosidad secándose al rededor de sus fosas nasales.-¿Desde cuando que no la tomas?-no responde-. Veo que no quieres colaborar.-se levanta, se acerca a ella. Logra zafarle las manos que abrazan sus rodillas. Se las acaricia-.Te amo.-le dice.-Eres la mujer de mi vida-Estas palabras comienzan a tranquilizarla.-Y no te voy a dejar. Nunca.-ella lo abraza.
-Algo pasa en este lugar-le dice-Vayámonos de aquí, por favor. A cualquier otra parte. Este lugar es malo.
-No pasa nada, mi amor. Nada-la tranquiliza él.-Tranquila.
Empieza a sonar la sirena. Golpean a la puerta y con su bata de levantar, deja entrar a los paramédicos. Uno de ellos le alumbra los ojos con una linterna pequeña. Claudio no sabe qué le están haciendo, solo sabe que es por su bien.
-Está en estado de shock-le dice uno de ellos-.La llevaremos para hacerle unos análisis ¿Es medicada?-Claudio asiente-¿Ha estado en un psiquiatrico?-Claudio asiente.-Okey. La llevaremos.
-¿Puedo ir con Ud?
El paramedico asiente. Eran las 10 de la mañana. Afuera, un grupo de curiosos comenta en susurros la escena. Claudio los mira, les hace un saludo. La Ambulancia se va. Toño también está entre el grupo. A su lado está Doña Merced.
-Todo está resultando según lo planeado-le dice a ella. La viejita asiente.-Tomaron te juntas ¿cierto?
-Si, Maestro-le dice Doña Merced.
En algún lado el gallo comienza a cantar.

pd: DEDICACION. Leí un libro hace tiempo que se llama MISERY. En él, una enfermera desquiciada somete a su escritor favorito, Paul Sheldon, a que escriba su mejor novela. Sus métodos son poco doxos. Ella es cruel. Lo lastima una y otra vez. Hasta le corta un dedo. Paul Sheldon escribe para sus millones de fans. Pero esta vez tiene que escribir para él, para seguir viviendo, para seguir creciendo y para liberarse que Annie Wilke termine matándolo. Paul Sheldon escribe para sobrevivir.
Todos aprendemos lecciones. A veces a punta de costalazos. Hoy gracias al ángel que me guía, escribo para sobrevivir. Tenías razón.

lunes, 23 de abril de 2007

capitulo catorce

pd: bueno, una pausa en mis estudios (que larga la pausa xD!!) complicada semana uff... Hay que lucharle nomas. Se invita a todos a usar el CHAT BOX, no es obligacion dejar el mail. Solo un nick y un mensajito es suficiente. Por otro lado tambien esta el buzon de voz, donde tienes que poner tu nick, tu mail (puede ser inventado) y precionar RECORD. Donde grabaras tu voz dejando un saludo. Luego precionas SEND. Asi de facil. Ahora les dejo el capitulo catorce.

capitulo catorce

No aguantó. Tenía demasiada curiosidad, así que abrió la boca y preguntó:
-¿Quién es Malaquiel?-La señora del Almacen la miró y frunció el ceño, molesta con la pregunta. -Recuerde que yo no soy de aquí. Sólo preguntaba-dijo, a la defensiva.
-Hay cosas que es mejor callar-le dijo la dependienta.-Son 500 pesos.-le paso el pan en una bolsa.
-Quisiera saber donde que el jacuzzi de...-y también la interrumpió:
-Estás metiendo las narices donde nadie te llama, señorita. Ya le dije que hay preguntas que mejor es no hacerla. Y vayase de mi almacen, por favor.
Se retiró, con más preguntas que nunca ¿Qué hacía ese televisor ahí entonces, si segun ellos Malaquiel se daba a conocer desde ahi? No entendia, porque ¿quien querría tener un televisor si lo iba a mantener apagado? Sin duda alguna era una villa de locos. Quería irse de allí. Y luego. Apresuró el paso, llegó a la casa y la llave giró esta vez. La ducha caia desde el baño: Otra vez, pensó. Esta vez golpeó fuerte la puerta.
-Dejate de juegos Claudio-le dijo-. Te vi en la feria. No fue un sueño.
Nadie respondió.
Sus ojos se dirigieron entonces al televisor, en el living. Estaba desenchufado.
-Al diablo con este pueblo de locos.-Prendió el televisor y había estática. Esperó, durante quizás media hora. Pero solo hubo estática. -Está bien-musitó.-Está bien. Hablare con Toño. Se defenderme.
La ducha se cortó. Isabel miro hacia la puerta del baño, unos metros más allá. Frunció el ceño, extrañada. La puerta se abrió, lentamente.
-¿Me hablabas?-preguntó Claudio, secandose aun el pelo.
Fue entonces cuando el televisor mostro los numeros: 10 - 9 - 8 - 7 - 6 - 5 - 4 - 3 - 2 - 1 - 0
BIENVENIDOS A VILLA LOS CIPRESES, LA UNICA VILLA QUE..
-¿Por qué prendiste el televisor?-preguntó Claudio. Caminó hacia ella, desnudo. En sus ojos se veia la furia. Nunca habia visto a su marido con esa furia dibujada en su rostro.-Apagalo por favor.
-Lo apago, pero quiero respuestas-lo desafió Isabel.
-Apaga ese televisor, te digo.-subió el tono de su voz.
-¿Me estás gritando?
-Yo le grito a quien yo quiera puta de mierda
Esto la paralizó. Claudio empezó a girar la toalla, húmeda aun, y se la lanzó pegándole en el hombro y dejandoselo rojo. Los ojos de Isabel se abrieron, asombrada.
-Me pegaste-dijo, casi en un susurro.
-Si ¿quieres que lo haga de nuevo?-lanzó la toalla otra vez, pero Isabel la atrapó.
-Sale solo una vez, maldito ¿que tienes? ¿que te pasa?
Claudio parpadeó, trató de despejar su mente agitando su cabeza.
-Me duele-musitó.
-¿Qué te hicieron? Dimelo-le dijo Isabel, sabiendo que él no era violento. Que algo estaba pasando en esta villa de mierda.
-La cuota. Pagué la cuota... yo...-y se desmayó
-¡¡CLAUDIO!!- se acercó a él-¡¡Que diablos está pasando aquí!!-entro Doña Merced, Leonardo, Toño, Mariel, Jaime, Marlon, Isaac, Pedro, Paulina, Karen, todos sonriendo, todos con ojos como huevos.-¿Cómo entraron?
-NOSOTROS PODEMOS ENTRAR A DONDE SEA A NUESTRO ANTOJO-dijeron a coro LOS DIEZ. A la mayoría no los conocía, pero si reconoció a Pedro... y a Isaac. Ellos... ellos...
-¿Quienes son ustedes? ¿Que hacen aca?
NO HAS PAGADO LA CUOTA; NO HAS PAGADO LA CUOTA::: NO HAS PAGADO LA...
Las manos la tomaron, la tocaron por todos lados y empezaron a arrastrarla. Isabel se desmayó. Estaba sumida en nieblas, oscuridad y gemidos.

miércoles, 18 de abril de 2007

CAPITULO 13

pd: Han sido días dificiles, muy dificiles. Pero trataré de ir actualizando durante la semana. ATENTOS.

Capitulo 13

Su marido entró a la ducha, Isabel avisó que iba de compras al Almacén. Sin embargo, su marido no le contestó. Esa sensación de haber vivido ya todo esto le persiguió durante todo el trayecto. Parecía que todo estuviera donde mismo, los mismos niños, la misma gente, caminando con sus mismos vestidos, sus mismos pantalones, y el señor Toño, regando el antejardín. La casa en la colina no se veía tan amenazante, y la iglesia hacia repiquetear sus campanas. El sonido la llevó hacia allá, y entró junto a los fieles. El lugar era espacioso, con dos fuentes de agua bendita. El padrecito era viejito, pero encantador. No había señores de blanco, mujeres colgadas como res, no había sangre... solo miles de creyentes rezando e implorando perdón. La misa comenzó.
-Buenos días-le dijo una viejecita. Era Doña Merced.
-Con usted tomamos tecito ¿me recuerda?
La viejecita la miró, pero no la recordó.
-Quería hablarme de la casa en la colina.
La viejecita le palmoteó la pierna, y emitió un: shhh.
La misa estaba por empezar.
¿Cómo era posible que no la recordara? Bueno, era viejecita, los viejos solían tener la memoria frágil. Por lo que se quedó cerca de ella, hasta que la misa terminó. Conversó con ella todo el trayecto, hasta la salida.
-¿Me hablabas de la vieja casa en la colina?-preguntó la viejita, caminando lento, pero seguro, bajo el techo de la iglesia.
-Así es.
-Es un sistema autónomo de energía-le explicó.-En 1974, cuando el frío cayó en esta zona destruyendo miles de cosechas a la redonda, Toño llegó como una salvación. Aleluya, sea Dios. -salieron. Estaba helado, pero era soportable.-Y llevaba consigo dos tablas con la palabra del señor.
-¿Los diez mandamientos?
Doña Merced asintió.
-Nos dijo que no teníamos que adorar al becerro de oro.
-¿Malaquiel?
La viejita volvió a asentir.
-¿Algunos de ustedes lo ha visto? ¿Ha conversado con él? Digo, porque pareciera que todos hablan de Malaquiel sin conocerlo siquiera.
Doña Merced la miró, desconfiada.
-Existe, así como existe el reino de los muertos.
Isabel miró la colina, donde se alzaba la casita de madera. El día estaba nublado, y las nubes eran negras. Era medio día, pero estaba semi oscuro.
-¿Y esa casa, la edificó él?-Miró a Toño, que regaba su jardín. Doña Merced solo asintió.-¿Qué es lo que está pasando realmente aquí?
-¿Qué es lo que está pasando?-dijo, como preguntandose a si misma.-Está pasando que el invierno está por caer nuevamente, y que los tiempos de Malaquiel están por llegar.
-¿Donde queda el Jacuzzi de...?
Doña Merced no la dejó terminar.
-¿Viste el televisor?-su voz denotaba desconfianza.
-Bueno, para eso está el televisor, ¿no? No creo que tenga que pedir permiso para...
-Malaquiel se manifiesta a través del televisor-le susurró la anciana, acercándose a ella, con unas manos que parecían garras.-¿Qué viste? Lo que hayas visto puede ser relevante en nuestra batalla.
-¿Batalla?
-Forasteros.-musitó-Siempre lo mismo.-llegaron a la casa de Merced. Esta vez ella no la invitó-Cuando abras los ojos, veras lo que esconde la sombra que hay detrás del corazón humano.-Cerró la puerta.
Aun quedaba tiempo de ir de compras.
Y de averiguar que demonios pasaba.

lunes, 9 de abril de 2007

CAPITULO DIEZ

pd: De regalo, esta semana habrá tres capítulos.

CAPITULO DIEZ

Apoya la mano en el vidrio, que al tacto lo siente frío, húmedo. Sus ojos miran la casa en la colina y las campanas de la iglesia vomitan a miles de fieles que salen por las puertas, algunos abrazados, otros llorando. En una camilla blanca, se llevan a un herido, o muerto. No reconoce a su marido, que con la capucha blanca, se tapa su rostros y su culpabilidad. Las luces allá arriba, en la colina, empiezan a parpadear. Un nuevo día está por irse. Se aleja de la ventana, se sienta en el living y toma su celular
PEDRO dice uno de sus contactos.
Él les dijo donde quedaba este lugar. Algo debía saber sobre el extraño comportamiento de los habitantes, y esos señores de blanco que tanto la intimidaban.
El celular empezó a marcar. Luego de unos minutos, una voz grabada le dijo que: "el teléfono que usted marca, no existe, está apagado, o se encuentra fuera del área de cobertura. Por favor consulte la guía o intente más tarde. El teléfono que usted marca..."
Miró su celular. No tenía barras de señal. Entonces, ¿como diablos llegaba señal de televisión? ¿había visto alguna antena por allí cerca? Cuando entró en el hogar, había encontrado el televisor prendido, pero con estática. Lo prendió. Sólo estática nuevamente... esto significaba que el televisor solo era parte del decorado? ¿para que pareciera todo "Normal"? Tomó el control, para apagar el televisor, pero si previo aviso empezaron a aparecer unos números: 10 -9 -8 -7... en cuenta regresiva. Tras cada número, un pitido. Isabel se acomodó, y esperó. 4- 3- 2- 1- 0
BUENAS NOCHES-dijo la mujer en el televisor-BIENVENIDOS A VILLA LOS CIPRESES. LA VILLA MÁS FELIZ Y ALEGRE DE TODA SANTA ELISA. AQUÍ PODRÁS DISFRUTAR DE HERMOSOS PARAJES, AMABILIDAD, CORTESÍA, Y SOBRE TODO, AMOR. DISFRUTE DEL JACUZZI DE MARLON, EN LA ESTACION SIETE (imágenes del jacuzzi. Hombres de negocios verificando el precio del dolar, mujeres ajustándose el sostén del bikini, niños algunos riendo, otros jugando) COMO TAMBIÉN DEL CAFÉ DE LAS OCHO, CON DOÑA MERCEDES. Y LO MÁS IMPORTANTE. LA CUOTA.
-La maldita cuota-susurró Isabel-.Obligada a transar con Toño.
HERMANOS DE SANGRE, INVITOSLO A LA MISA QUE...
Apagó el televisor.
Era de noche. Nunca había hecho tanto frío.

CAPITULO ONCE

Caminaba por la oscuridad, en una bata blanca. Corría viento, y todos parecían tener frío. Menos ella. Ella no tenía frío. Y ni lo tenía, porque realmente no estaba allí. La gente estaba vestida de época, y los árboles parecían jóvenes, canciones que emergían de todas aquellas casas, de todas aquellas casa viejas y solas. Sola. Como ella. Como él. Y el frío empezó a calar ondo, y vio gente de campo en los viejos sembradíos. Y las campanas de la vieja iglesia repiqueteaban, y el sonido espantaba los pájaros. Y vio mil rostros de terror y una figura arriba en la colina. Una figura oscura que reía y que sostenía dos tablas de piedra llenas de sangre.
-TODO LO QUE AMAS SE TE ARREBATARÁ-gritó la figura enigmática sin dejar de ladrarle al cielo y escupir saliva y sangre.
AMARAS AL BECERRO DE ORO. le dijo la viejecita. VISITA A LOS DIEZ
Leonardo se le apareció por el otro costado. NO OLVIDE LA CUOTA
¿Que es la cuota? se escuchó preguntar, sin mover la boca siquiera.
LA CUOTA ES TU ALMA
TU ALMA dijo otro de los aldeanos.
TU ALMA se le sumo otra voz... y otra... y otra más. La rodeaban. Y a su alrededor todo era muerte, los arboles se secaban, las plantas caían, el verdor palidecía. Y en la colina, la casa empezaba a nacer de la tierra, a ser escupida por ésta, y de sus ventanas luces amarillas se prendían y se apagaban y miles de fantasmas giraban y daban vueltas a su alrededor. Una pequeña bocina la hizo sobresaltar. Era el niñito del triciclo.
BIENVENIDA A LA TIERRA DE LOS MUERTOS. le dijo. TODOS HEMOS PAGADO CON NUESTRAS ALMAS
ALMAS ALMAS ALMAS ALMAS
Despertó sobresaltada. Miró a su lado, y allí estaba, durmiendo plácidamente. Claudio, sano y salvo, con su cara familiar, sus olores, su tacto. Se despertó con un quejido:
-¿Qué pasa mi amor?
Isabel no sabía que responder. Había sido tan real... tan real.
-Nada.-le dijo. Isabel volvió a tenderse en la cama, mirando el techo-Absolutamente nada, mi amor.-él depositó una mano sobre su estómago y acarició.
-Tuviste una pesadilla.-le susurró, besándola en el ombligo.
-Nada que recuerde-musitó.
Le pasó la mano cariñosamente por su pelo. Le besó la nariz.
-Duerma, mi vida. Y aleje los malos pensamientos.
Eso fue lo que Isabel hizo. Sin embargo, le costó conciliar el sueño.

CAPITULO DOCE

¿sueño? ¿realidad? Que importaba, su marido estaba allí, aparentemente sano, aparentemente normal. Caminó con su bata blanca hacia el baño, se desnudó y entró a la tina. Abrió la ducha, y el agua golpeó con suavidad la fina piel de Isabel. El vidrio que había roto estaba intacto. No había un solo mensaje escrito con lápiz labial en el vidrio. Todo estaba maravillosamente bien. Sin embargo, al jabonarse las piernas, encontró una pequeña herida. Estaba cicatrizada, y la que se vio en el brazo también lo estaba. Pero esas heridas se las había echo al tratar de entrar al baño. Lo que le llevó a preguntarse ¿cómo había salido su marido de este cuarto, si estaba todo cerrado? Y ¿realmente había visto a su marido predicar en la feria de la localidad? y ¿qué diablos estaba pasando? ¿Acaso se estaba volviendo loca? ¿Estaba imaginando cosas? ¿La presión que ejercía en ella la imagen de Toño, era la principal causante de esta paranoia? Terminó su ducha, secó su cuerpo, se puso la bata y salió. Su marido aun estaba en la cama, semi desnudo.
-Estas extraña-le dijo.
-Puede ser-le contestó ella. Se puso los calzones.
-¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?
Se abrochó los sostenes por delante, luego lo giró y los ajustó a sus senos.
-No, nada.-se puso los blue jeans y verificó si se ajustaba a su trasero en el espejo que había cerca del closet. Se puso la blusa.
-Se cuando algo te molesta. Tú das ciertos indicadores cuando algo no va bien.
Silencio. Se abotonó la blusa, uno por uno.
-Es Toño ¿cierto?-le preguntó-¿Es eso?
Volteó la mirada, y asintió.
-Cariño, solo es alguien más de este pueblo. Siempre te escucha y...
Isabel frunció el ceño.
-¿Hablaste con él?-su tono dejaba mucho que deducir. Se demoró en contestar. Isabel pensó: Está mintiendo.
-No-contestó.-Pero se ve que es una buena persona.
-¿Lo estás defendiendo?
Silencio.
Claudio optó por el cambio de tema.
-Isabel, ¿que te pasa?
-No. Que te pasa A TI
-¿A mi?-empezaba a caldear el ambiente-.Te levantas atravesada y soy yo el aproblemado. Linda la hue'adita.
-Mira Claudio, a mi no me hablas en ese tono ¿me escuchaste?
-No hay caso contigo-Claudio se levanta, se pone su bata y se dirige a la ducha-Cuando se te pase hablamos.
Isabel se sienta en la cama. La golpea. Sus manos no encontraron mejor lugar que ocultar su rostro bajo el llanto. Afuera, el gallo empezó a cantar.

PD He aquí los tres capítulos prometidos de la semana. AHORA a opinar!! Gracias a todos los que se pasan. Y recuerde que se habilitó un buzón de voz, es de fácil uso. Solo debes tener un micrófono. Se habilitará, más adelante, otros medios de comunicación y de opinión. Gracias a todos nuevamente. Disfruten la historia

martes, 3 de abril de 2007

CAPITULO NUEVE

AHORA SI... CAPITULO NUEVE. CAPITULO ESPECIAL: ADVERTENCIA A LOS PURISTAS. ESTA OBRA CONTIENE ESCENAS DE EXTREMA VIOLENCIA. LOS PENSAMIENTOS; CREENCIAS Y SENTIMIENTOS NO EXPRESAN EN SU TOTALIDAD LA PERSONALIDAD DEL AUTOR. GRACIAS.

Las campanas de la iglesia empezaron a repicar. Miles de fieles se acercaron al templo. Algunos entraron conversando, otros riendo, pero una vez adentro, reinó el silencio más absoluto jamás visto. Alrededor de la mesa blanca que había en el altar, habían diez personas con capuchas blancas, tapando sus rostros con conos del mismo color. Dos de ellos encendieron una gran mecha que había en el centro y el hombre de blanco que había en el centro se acercó a ellos.
-NO TEMAN HOMBRES. MALAQUIEL NO LOGRARA PENETRAR NUESTRAS DEFENSAS. HEMOS CONSEGUIDO UN NUEVO SEGUIDOR, LO HEMOS ADIESTRADO EN MENOS TIEMPO DEL QUE IMAGINAMOS. HA PAGADO LA CUOTA Y AHORA ES DE LOS NUESTRO. LES PRESENTO AL HERMANO CLAUDIO.
Aplausos, vítores, lágrimas derramadas del inminente publico.
-SI QUERIDOS HERMANOS-dijo Claudio-HE CONOCIDO LA CUOTA Y AHORA SOY PARTE DE LOS DIEZ. MALAQUIEL NO PUEDE INFILTRARSE ENTRE NOSOTROS.
Aplausos, nuevos vítores. Una señora se había desmayado y dos vecinos le tiraban aire.
-TENEMOS QUE LOGRAR QUE ISABEL SE UNA TAMBIÉN A NUESTRA CAUSA. NO HA PAGADO LA CUOTA.
-¿Qué pasa si no lo hace, Claudio?-preguntó el otro encapuchado, el jefe de todos.
-PAGARA CON SANGRE
¡¡SANGRE!! ¡¡SANGRE!! gritaron fervientes los seguidores de la sexta.
ELLA ES MELINDA-dijo, a continuación. Dos de los encapuchados de blanco trajeron a una mujer, de pelo negro, ojos oscuros, pálida como una vela, llorando y debatiéndose entre la fuerza que ejercían al arrastrarla-.ELLA SE NEGÓ A PAGAR LA CUOTA.
Murmullos, desaprobación, enojo.
PAGARA POR SU FALTA
SIIIIIIIII!!! SANGRE!!! ES LA MADRE DEL DEMONIO!! NO PUEDE ESTAR ENTRE NOSOTROS.
-Noo!-se debatía Melinda-No, por favor... No...
Se acercó uno de los encapuchados con una tijera. Los ojos de la mujer se abrieron.
ASÍ ES SEÑORES. HOMBRES DE BLANCO, AMIGOS. ESTE ES EL PRECIO QUE SE HA DE PAGAR POR NO SER PARTE DE NOSOTROS
-Por favor, se lo ruego-pedía Melinda-Esta humillación no, por favor. Se lo ruego , porfavorporfavor... tengo tres hijos que...
El encapuchado se acercó, y empezó a cortar sus ropas. Mientras tanto, los otros dos encapuchados que la sostenían de los brazos aumentaron la presión para que dejara de moverse. Melinda quedó desnuda frente a los concurrentes. Otro encapuchado trajo un cuchillo.
AQUI TENEMOS NUESTRA ALMA QUE ENTREGAREMOS EN SACRIFICIO A NUESTRO DIOS Y QUE SERA LAVADA Y PURIFICADA.
Melinda gritaba, lloraba, trataba de deshacerse de la presión de los encapuchados que la sostenían. Pero la presión era fuerte y le estaban marcando los brazos. Se acercó el que traía el cuchillo.
Melinda sudaba, lloraba. Nunca se había sentido tan débil, tan sola, tan vacía.
RASURENLA!!
Le separaron las piernas y se las amarraron. Nunca una persona había gritado tanto como ella. Los vellos de su pubis, negros como la sombra, ondulados como las olas. Con tres movimientos certeros con el cuchillo dejaron de existir.
LIMPIA. PURA. ENTREGO ESTA ALMA...
Tres golpes certeros del cuchillo y quedó sin cabellera.
A NUESTRO DIOS-continuo-QUE NOS DIO LA VIDA...
Encogió el brazo que sostenía el cuchillo
Y QUE NOS ENTREGA LA ENERGIA DE MELINDA.
Y se lo clavó en el corazón. Los ojos de Melinda se humedecieron. Le amarraron entonces las manos y empezaron a subirla, como si fuera una res. El cuchillo se erguía erecto entre los pechos de la mujer. Melinda empezó a tiritar, dando espasmos y una gota de orines y fluidos se resbalo desde su entrepierna. El público aplaudió, lloró, rió.
BENDITOS SEAN LOS QUE CREAN SIN VER
Melinda dejó caer la cabeza sobre sus hombros. Sus ojos dejaron de brillar.
BENDITAS SEAN!!
y todos
BENDITAS SEAN!!
El sonido de las campanas se hizo escuchar. Isabel se asomó por la ventana de su casa. Ya anochecía. Y las luces se apagaron junto al grito del niño que corría en su triciclo.

continuará...