martes, 10 de julio de 2007

capitulo 10

El mapa presentaba toda la geografía del Pueblo en cuestión, indicando calles, zonas boscosas, la plaza, la feria, la iglesia: Todo.
-¿Este es el pueblo del que se habla?-preguntó Ignacio, lanzando una breve mirada. David y Jimena, no dejaban de admirar el hallazgo.
-Este debe ser.-susurró David
-Se habló mucho de este pueblo, en su época-anunció Jimena-Es una de esas historias locales de pueblos embrujados.
La puerta, a sus espaldas, que descansaba presa de las cadenas, había dejado de sonar. Los ecos silenciosos seguían presentes, y el frío había empezado a calar hondo. Jimena apunto un sector:
-Por ejemplo, aquí-dijo-Pareciera que aquí estaba el centro energético de la población.
-Puede ser-dedujo David-Yo me arriesgaría a que el sistema de energía era autónomo, en todo caso. Pero si observamos bien, la localización de esta estructura...-Jimena se arrimó a el. Lo mismo hizo Ignacio. Y allí estaban los tres, mirando el mapa y estudiándolo concienzudamente.-Coincide con el lugar donde estaba la fuente... si es que mis cálculos no me fallan, y si es que este mapa en particular, está bien estructurado.
-Y si observamos bien-continuó Jimena-Las zonas que se representan en el mapa, como zonas pobladas, coinciden con cada una de las tiendas del Centro Comercial.
En los próximo minutos, entonces, buscaron el equivalente a la tienda de cocina "El Ultimo Suspiro" donde se había dado efecto, uno de los fenómenos.
-Es solo una casa-se extrañó David.
-Y el sótano... también muestra una casa-agregó Jimena.
-Tiene que estar vinculado a sus moradores-aventuró Ignacio. David y Jimena lo miraron. Gran punto.
-El pueblo está prácticamente intacto acá abajo. Podríamos dividirnos y buscar cada uno de estos puntos.
-Así es, David-dijo Jimena-y encontrarse con casas encadenadas ¿no?
-Pero esta no estaba encadenada.-apuntó David-Salvo tal vez aquella puerta. Tengo la leve sospecha, que las casas que tenían alguna importancia, no tienen cadenas.
-Averiguemos eso entonces-dijo Ignacio
Fue así, entonces, que se dividieron y buscaron los puntos de referencia que indicaba el mapa. Ignacio, alumbrando con su linterna, llegó hasta una casa, que no tenía cadenas que la cruzaban, por lo que dedujo que dentro podría haber un par de respuestas. Aquella casa estaba vinculada con la tienda "El Ultimo Suspiro". Al entrar, sintió un escalofrío. Era demasiado el silencio, y si bien estaba amueblada, al igual que EL JACUZZI DE MARLON, se sentía el vacío que imperaba el perímetro. Llevado por los cuadros que adornaban el hogar, dedujo que la casa había sido habitada por alguna señora de edad, una abuela quizás. Entró a la habitación, una habitación de soltera y los olores no existían, solo había humedad. Caminó, y observó cada rincón, hasta llevar al velador. Abrió uno de los cajones del velador, que sostenía una lampara sucia y roída, y se encontró con un libro azul. Lo tomó, lo miro por los dos lados, y lo abrió: ESTE LIBRO PERTENECE A DOÑA MERCED decía, en letras pulcras y pequeñas. INTEGRANTE DE UNA DE LOS DIEZ
-¿Los diez?-se extrañó. Se giró, sintiendo la presencia de alguien, pero no había nada. Las cosas crujían allá abajo y cuando algo se quebró en la cocina, se volteó y alumbro con la linterna, como si el haz de la linterna tuviera rayos x y pudiera ver a través de las murallas. Se armó de valor, y se dirigió a la cocina. La cocina estaba quieta, crujía en mil melodías distintas. No había indicio de algo que se hubiera quebrado. Como una amenaza, los imanes que habían en el refrigerador decían: TU SAL DE AQUI NERES. Ignacio esperaba de todo, menos ver como se movían los imanes hasta formar: QUIEN ERES TU
No se iba a quedar hablando con un refrigerador. Por lo que se giró, con la intención de buscar a David o Jimena, y dar cuenta del fenómeno. Sin embargo, la puerta de la cocina se cerró por si sola, y al tratar de girar el pomo, este se resistió. Miró el refrigerador y nuevas letras habían aparecido diciendo: NO DEBISTE ABRIR LA CAJA DE PANDORA. El refrigerador tembló una vez, como si algo dentro estuviera dando patadas. Y otra... y otra vez.
Con el corazón en la mano, Ignacio cerró los ojos, y empezó a repetir una larga letanía, una frase de una película que le podría ayudar:
-Yo no creo en los fantasmas... yo no creo en los fantasmas... yo no creo en los...
La puerta del refrigerador se abrió. La luz era tan blanca, que lo llenó todo.
Hasta sus ojos.
Hasta sus ojos

continua el 17 de JULIO (el 15 no estaré presente)

3 comentarios:

gasssreloaded dijo...

qué exiges si tu post fue una mierda!

igual te comento para que no llores llorón! XD

xaU

Chamelfo69 dijo...

queeeeee
que salio del refri!!!!!

nooooooooooooo

me dejaste metido cauro...

y si mi historia es mamona pero ya va a quedar la cagada todo a su debido tiempo....
va a agarra un giro la wea uf de aquellos


ya master
espero el prox capitulo

ah y me gusto la weaita de los mensaje por voz, de hay te dejo uno si y voy a poner uno igual en el mio jajajaja puro copiando too el rato...

yaaaaaaaaa


xauxera weno el capitulo

kazuality dijo...

hola
:)
estamos hablando, así que no hablo más por acá XD.
besos y no llores más si ya te postearé de nuevo. :D

(ve la película.)
:)