jueves, 5 de julio de 2007

capitulo 9

La casa estaba bien conservada. Había viejos olores, humedad, el aire se hacía denso. Cada uno de ellos, decidió explorar una habitación. La casa aun estaba amueblada, vacía, llena de hongos. Algunas arañas aparecían misteriosamente, gotas de agua se filtraban desde los rincones. En la habitación, una cama perfectamente conservada, las cómodas, y hasta cuadros con fotos familiares y algún que otro poster.
-Aquí no hay nada-gritó Ignacio, que se encontraba en la habitación de uno de los niños, a juzgar por el decorado de la cama, y los murales.
Desde un poco más allá el Agente David Cuadra, gritó:
-Acá tampoco. Está vacío.
Y más allá, Jimena:
-Vacío acá también.
Se juntaron los tres en el centro, y se dirigieron a la ultima habitación, la del fondo. Seguramente, la habitación matrimonial. Y estaba cerrada, encadenada, protegida.
-Esta cosa debe tener años-dijo, observando lo oxidada que estaba la cadena.
-Podríamos romperlo, David.
Se miraron entre ellos.
-Tendríamos que subir-dijo Jimena. Y allí estaba el primer problema. Había sido fácil bajar, pero ¿y subir?
-Tendría que salir, y ver si los arneses siguen siendo sujetados como lo dejamos-dijo Ignacio.
-Vale. Anda... nosotros...-el ruido de la puerta los sobresaltó a todos. Era como si alguien (ALGUIEN) del otro lado de la puerta estuviera tratando de salir dándole golpes con el hombro a la estructura de madera. Se quedaron en silencio. Luego de un par de segundos, la puerta otra vez se zarandeó. Las cadenas tintinearon, el eco borboteaba. David no pudo impedir hacer LA PREGUNTA:
-¿Hay alguien ahí?-y no hubo respuesta. Simplemente la puerta se dejó de mover.-Somos de la Policía de Investigaciones. El suelo, entonces, empezó a moverse, levemente. El polvo empezó a caer, algunos cuadros cayeron... tintinearon los servicios en la cocina. Y las luces empezaron a parpadear hasta quedar completamente prendidas.
-¿Qué está pasando?-se preguntó Jimena, mirando a su alrededor. E Ignacio, fue el primero en notar a la familia muerta sentada a la mesa. Todos se giraron. Un hombre, una mujer y un niño. Secos, podridos, mohosos, y azulados con los ojos secos. En el centro de la mesa un libro.
EL LIBRO DE LAS LEYES decía.
Fue David quien lo abrió, y quien descubrió un mapa del viejo pueblo de Los Cipreses.

continua el 10 de Julio

No hay comentarios: