lunes, 30 de julio de 2007

capitulo 11

luego de una pausa bastante larga, tenimos capitulo nuevo. Disculpen a todos la demora.

capitulo 11

En la superficie, los trabajadores esperaban a los tres voluntarios que habían bajado al interior de la cueva, sin tener resultados. No pasaron ni cuarenta minutos, cuando apareció el Administrador del local, Joel Nallar.
-¿Alguna noticia?-preguntó. Los trabajadores se miraron unos a otros. Negaron con la cabeza, algunos simplemente ignoraron la pregunta.-Cualquier cosa me comunican ¿entendido?
Pero nada pasó durante el resto del día.
-¿Alguno de ellos llevó algún walkie talkie por casualidad?-preguntó uno de los obreros. Nadie supo que responder.
Uno de ellos se asomó al agujero, comprobó lo firme de la soga que habían utilizado para bajar, y dijo:
-Creo que alguien debería bajar ¿no creen?
Todos se miraron.
-Será como ponerle el cascabel al gato-sugirió uno de ellos.-Yo ni cagando bajo allá.
-Había como una ciudad-dijo uno-No, yo no bajo. Tengo una familia que mantener. Y me da mala espina esas casas allá abajo.
-A mi no me miren-manifestó otro de los obreros.
Se acercaron, entonces, a la oficina de Joel, y le plantearon sus inquietudes.
-Son vidas humanas-dijo uno de ellos, que había adquirido el titulo de portavoz, sin que nadie lo hubiera elegido-Nadie de nosotros tiene el talento o las habilidades para ir en su busca.
Joel jugaba con sus dedos, chocandolos entre sí, mirando a los trabajadores, uno a uno.
-Alla abajo hay un pueblo-les dijo-.Lo sé. Lo supe, porque fui quien compró estos terrenos, y quien mandó edificar todo esto que ven ahora. No solo soy el administrador de esta multi tienda, sino de todo lo que nos rodea.-Algo de eso sabían ellos.-Por lo tanto, conozco este Centro Comercial como la palma de mi mano.-los trabajadores se miraban, murmuraban muchos de ellos-Lo que sucede bajo nuestros pies, sin duda alguna es una de esas cosas que no son de Dios.
-pausa-Es completamente contraproducente bajar ahi.
-Pero si usted sabia, entonces por que...
-Eso no importa ahora. Salgan de aquí.
Los trabajadores salieron, asustados.
Joel Nallar abrió un cajón, sacó un cuadro donde había diez personas.
-Por los diez-musitó-sacó un diploma: ANTONIO MILLAR. Decía. MIEMBRO DE LOS DIEZ CIPRESES-Todos esos deberían paga la cuota-dijo-lastima que aquí, en el mundo físico, no pueda hacer gran cosa.
Por mientras, alla abajo, reinaba la oscuridad.

CONTINUA EL 5 de AGOSTO

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