viernes, 31 de agosto de 2007

capitulo 16

bueno... el tiempo no es el mismo que antes, pero aqui un nuevo capitulo... gracias a todos los que me siguen en silencio, como a los que me dejan huella.

-Era un pueblo como cualquier otro-comenzó Isabel.-La gente era amable, como en los pueblos pequeños, y era bastante creyente. Iba a las misas, y vivía de la Cosecha. Era un pueblo tranquilo y apasible. Ya te lo puedes imaginar. Pero llegó este hombre. Malaquias. Trayendo consigo palabras para nosotros. Y quisimos escucharlo, quien sabe porque. Queríamos escuchar a alguien tal vez. O tal vez sus palabras eran hipnoticas. Quien sabe. Pero Malaquias... o Malaquiel, como prefieras, armó una nueva religión. Tenía ciertos cánones que concordaba con el pensamiento de las personas. Y lo seguimos. Muchas veces (muchas, la verdad) hablaba sobre designios y curaba a los enfermos. Y aprendimos, con el tiempo, que sus designios se cumplían al pie de la letra. Y que sus poderes curativos eran de tal magnitud, que empezamos por rendirles culto.
Escribió, entonces, EL LIBRO DE LAS LEYES. Cada uno de nosotros tenía acceso a él. Sin embargo, había otro libro que guardaba celosamente en su biblioteca personal: LA LLEGADA DE MALAQUIAS. No había como convencerlo para tener acceso a este. Fue entonces, que empezó a reclutar personas. Dijo que había visto nuestras almas desnudas, que tenía que "combatir el deseo oculto de nuestros corazones". La verdad, es que nadie entendió mucho, pero todos asentimos.
Dijo que solo 10 de nosotros tenía "el poder". Que solo 10 de nosotros "limpiáramos los pecados de la humanidad". Así, uno a uno pasamos a su despacho, lugar donde teníamos que desnudarnos, y mostrarnos tal cual llegamos al mundo. Despojados de todas nuestras ropas. Era cuando el decía que SI o NO. Su método de selección nos parecía un poco sospechoso, pero accedíamos a él sin temor alguno. Nos hacia dar una vuelta, y tomaba la decisión. Decía que buscaba a LOS INDIGOS.
Nos explicó que habíamos olvidado las enseñanzas de Dios. Y nos enseñó los 10 mandamientos, y que por eso quería 10 en sus filas. Muchos ya conocíamos los 10 mandamientos, pero Malaquiel arguyó que habíamos olvidado por completo sus propósitos. A cada uno de nosotros nos asignó una de las LEYES DE DIOS.
Y empezamos a predicar en las calles.
Malaquiel, por entonces, ya estaba un poco extraño y sus métodos nos parecían al borde del sacrificio. Fue entonces cuando cayó sobre nosotros el invierno mas frío que haya tenido memoria.
-La Muerte Helada-dijo Carmen, quien había estado atenta escuchando la historia.
-Así es. La Muerte Helada. Nunca se vio mayor desastre natural como en ese entonces. No quedó ser humano vivo. Algunos del cuerpo de rescate, cuentan como pasaron media hora tratando de despegar a un bebe de un par de meses de vida pegado a la muralla. El pueblo había desaparecido por completo. Sin embargo, había desaparecido para los ojos humanos.
Nos dimos cuenta tarde. Vivimos nuestras vidas de cero. Junto con mi esposo, Carlos, viajabamos en plan matrimonial. Habían asendido a mi esposo. Y llegabamos a ese pueblo. Sin embargo, eran sucesos ya vividos. Y vividos en vida. Y cada uno de los que allí vivia, estaba muerto. Caminaba, conversaba, vivia sus vidas en un limbo. Y yo, vivia permanentemente en un sueño que se repetía. Nuestra misión era pagar LA CUOTA: Sacrificar almas pecadoras en aquel limbo, para purificarnos. Una de las figuras más emblemáticas era Toño. Su nombre real es Antonio.
-¿Antonio? ¿El dueño de la Multitienda?
Isabel asintió.
-Antonio logró purificar su alma, y hacerse visible en el mundo real.-prosiguió Isabel-.Levantó, piedra sobre piedra, este Centro Comercial, sobre el pueblo, siguiendo la misma ubicación y geografía del pueblo Los Cipreses. Hasta conservó el mismo nombre para el lugar. Pero las almas no se quedan quietas y empezaron a manifestarse en este mundo. Antonio lo tenia previsto, sabía que sucedería eso. Sobre todo cuando se enteró que Malaquiel había formado un ejercito. Nosotros habíamos perdido la pista de Malaquiel. Antonio intuia que había sido él quien había sembrado sobre el pueblo la Muerte Helada. Pero los motivos solo se encuentran en el libro de Malaquiel, ese que no dejaba que nosotros leyeramos. Antonio dice que lo tenía planeado de mucho antes.
-¿Una prueba tal vez? ¿Una prueba de fe?
-Lo habiamos pensado-le contestó a Isabel-La verdad, es que los motivos son difusos. Por lo que Antonio decidió liberarnos. Al principio no fue nada fácil. Las almas estaban inquietas, y el Centro Comercial estaba llamando demasiado la atención. Pero la solución la dieron las mismas almas atormentadas, quienes se comunicaron por la única vía que tenían prevista.
-La Fuente-dijo Carmen.
-Así es. La Fuente.-hizo una pausa-pero tememos lo peor
-Y que sería eso?
-Que alguien encuentre el libro prohibido y habra alguna clase de vortice.
Alla abajo, los detectives tenían el libro frente a sus ojos. Alguna especie de suerte, destino, o alguna voz, impidió que lo abrieran. Pero ¿por cuanto tiempo más?

CONTINUA DOMINGO 9 DE SEPTIEMBRE

2 comentarios:

gasssreloaded dijo...

tu blog está muy top!, en la parte estética y, sobre todo, en lo medular que son los textos.

Esta vez no te corregiré, por que este comentario se prolongaría demasiado y no tengo ganas de escribir tanto, con el texto que subí recién basta y sobra.

Te DEScuidas primo.

Nos vemos.

Adiós.

Infinitas letras dispersas dijo...

oka
me gustaría hablar contigo para que me ayudes a agregar algunas cosillas a mi blog
que me parecen interesantes

es un tema que nos gusta y nos fascina
La literatura

xd